Artículo escrito por Rodrigo Montoya Rojas, publicado el domingo 29 de febrero del 2004 en el diario La República.

No tengo la menor idea de quiénes serán los responsables de esa asociación Perú sin drogas. N o hace falta saberlo, para decirles clara y limpiamente que su ignorancia y su cinismo no podrían ser mayores. Sólo se requiere de un mínimo elemental de inteligencia y de información para distinguir la hoja de coca de la cocaína y para saber que la delincuencia, corrupción y violencia son fruto de muchísimos factores. Toda reducción de centenares de razones a una sola es muestra de un espíritu dogmatico. El cinismo aparece cuando un elemento del razonamiento se impone sobre los otros, negándolos, en función de los intereses que esa asociación defiende.

Una posición contra la hoja de coca propuesta en los términos de aviso que comento, comparte o reproduce sin crítica la posición del gobierno norteamericano, ciego de toda ceguera para entender algo del problema y la de algunos psiquiatras que en los años 50 tampoco entendían anda pero recomendaron a las Naciones Unidas considerar a la coca como sinónimo de cocaína. Es posible que exprese también los deseos de muchos peruanos y peruanas racistas, más cerca de Miami que del Perú, que nunca hicieron un mínimo esfuerzo para contextualizar el tema de la hoja de coca en función de pueblos y culturas diferentes, enteramente respetables. Si tratan de "erradicar" la hoja de coca seguirán fracasando. Cuidado: el problema central es el narcotráfico. Cuidado, la hoja de coca es un bien cultural, médico y nutritivo, y tiene un potencial económico muy grande para el país.

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