
En pos del supuesto "progreso" se intenta obviar la opinión de los campesinos, la consulta
popular del último domingo, arrojó la mayoritaria desaprobación del proyecto minero. Nuevamente se intenta tratar a los pobladores como niños pequeños, como hijos que no saben nada y simplemente hacen berrinche sin saber. Pero la realidad es otra, la gente conoce el tema, sabe de la experiencia de otros pueblos, explotados y separados de sus riquezas, sumidos en la contaminación de sus aguas, campos y aires. La oroya era un lugar hermoso, y ahora no lo es más, los niños crecen intoxicados. Ayabaca, Pacaypampa y Carmen de la Frontera son lugares envidiables, el aire es fresco, la gente no esta enferma y ellos mismos lo dicen: "No queremos que nos regalen un hospital, ya tenemos y no somos enfermos". Aman su vida, como los empresarios de la minería o el presidente lo hacen, y por lo mismo rechazan el hecho de que unos foráneos vengan a llevarse lo que no es suyo, a explotar sus cerros y ser sus vecinos. La cosa es sencilla, los pobladores NO QUIEREN a Majaz, y esta entrará solo si ellos lo permiten. A respetar de una vez la voz de los que también son Peruanos aunque siempre se quiera prescindir de ellos. ¡Ni un paso atrás!



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